Cuando yo llegué a Ubuntu por primera vez (lo hice bastante tarde la verdad) el mito de que, Linux es más complicado que Windows se calló al suelo en cuestión de minutos. A simple vista puede parecer diferente pero, una vez nos hemos acostumbrado, nos daremos cuenta de que la realidad es bien diferente.
A día de hoy, gracias al centro de software, las instalaciones se han convertido en algo realmente sencillo y el terminal ya solo es un añadido que deberán conocer los que quieran realizar acciones más avanzadas. Los desarrolladores también se han visto recompensado, ahora es más fácil que las aplicaciones (gratuitas o de pago) lleguen de forma fácil a los usuarios.
Aun así, muchos programas no se podrán encontrar en este centro y habrá que tirar de terminal para instalarlos pero esto es también muy sencillo, os enseñaré a hacerlo para que no tengáis miedo al terminal.
Los paquetes .DEB se pueden abrir con el centro de software (algo que hasta hace un tiempo no podía hacerse) pero este es bastante lento y, a veces, puede dar problemas por lo que es mejor hacerlo directamente con dpkg.
Este programa nos permite manipular los paquetes .deb de forma sencilla. En sí este programa no descarga nada, si has descargado un .deb lo tendrás que abrir con él, estos son los comandos que deberás de usar.
- Para instalar un paquete usamos la opción -i – dpkg -i paquete.deb.
- Para verificar que se ha instalado usamos la opción -l – dpkg -l | grep ‘paquete’. El programa arrojará una lista, si en esa lista se pone el comando ii delante del paquete que estamos buscando es que se ha instalado. (Al igual que aparece en la imagen).
- Para desinstalar un paquete utilizamos la opción -r – dpkg -r paquete.deb.
- Si queremos purgar el sistema (borrar los datos de esa instalación) usamos el comando -P – dpkg -P paquete.deb.
Es una herramienta de Debian muy útil y que todos deberían de saber utilizar porqué, la gran mayoría de archivos para Ubuntu, están disponibles en formato .deb y con esta herramienta es muy fácil jugar con ellos.